hechas por otros investigadores (5, 6, 11, 12, 13, 14,15),
quienes refieren que a mayor edad existe un mayor
riesgo de padecer la enfermedad. Es el caso de Vega, D.
en México (2004), quien en su estudio titulado “Factores
de riesgo para cáncer cervicouterino en mujeres de
Matamoros, Tamaulipas” uno de los factores con mayor
prevalencia fue la edad mayor de 35 años (53.4%)(9). En
nuestro estudio, 15 de cada 100 pacientes con cáncer de
cuello uterino tenían una edad mayor a los 35 años.
En cuanto al estado civil, debemos señalar que algunas
investigaciones como la de García Minaya (16) entre
otras (12), revelan que las mujeres solteras, viudas o
divorciadas tienen más riesgo de infectarse con el VPH
dado que tienen un mayor número de compañeros
sexuales, ya sean permanentes u ocasionales (16,17). Se
conoce la fuerte asociación que tiene la presencia de
esta infección con el cáncer de cérvix, lo cual contrasta
con nuestra investigación donde la presencia de cáncer
de cuello uterino se dio en mayor proporción en las
mujeres casadas o convivientes. Nuestros resultados
coinciden con algunos otros estudios (5, 6, 11,13), esto
probablemente revela la promiscuidad existente de
parte de uno o ambos componentes de la pareja, lo que
se convierte en una alternativa para las oportunidades
de contagio para el VPH. No se halló significancia
estadística (p: 0,477).
Existen datos controvertidos acerca de la asociación que
se da entre cáncer de cuello uterino y condición social,
económica o educativa. Se acepta sin embargo que las
mujeres de más bajo nivel social, cultural y educativo, así
como los inmigrantes extranjeros y con menores
conocimientos generales en salud, tienen mayor
incidencia de cáncer de cuello uterino (13, 17, 18,19).
Hay autores que incluso manifiestan que la asociación
entre nivel educativo y la neoplasia de cérvix se presenta
con mayor frecuencia en pacientes analfabetas o que
tienen sólo primaria (18). Nuestro estudio coincide con
estas investigaciones y nuestro hallazgo fue que en las
pacientes sin estudios o con primaria completa, la
prevalencia de cáncer de cuello uterino es mayor que en
aquellas que tienen estudios de secundaria completa o
superior. Ya refería esto Thulaseedharan y asociados
(20), quienes observaron que las mujeres sin estudios
resultaron tener un riesgo significativamente mayor de
cáncer de cuello uterino. En nuestro trabajo, la diferencia
de proporciones no resultó estadísticamente
significativa según la prueba del Chi cuadrado (0,055).
La presencia de múltiples compañeros sexuales se
relaciona en diversos estudios con la aparición de cáncer
de cuello uterino (5, 5, 9, 13, 16, 19, 21, 23,24). Según
Sotomayor Y. (24) en su investigación: “Conocimiento y
actitudes respecto al cáncer cervicouterino en las
mujeres atendidas en el Hospital Sabogal", refiere que el
83.9% de mujeres reportó dos compañeros sexuales.
Nuestros hallazgos encuentran similar prevalencia en
pacientes que aceptaron haber tenido dos o más parejas,
así como en las que refirieron haber tenido una sola
pareja (13.7%). Esto orientaría a una modificación del
comportamiento epidemiológico de la enfermedad que
habría que demostrar.
Otro factor que resulta importante por su relación con la
aparición de cáncer de cuello uterino es la edad de inicio
de las relaciones sexuales. Al respecto, Raychaudhuri y
Mandal (25) hallaron que en la prevalencia de factores de
riesgo fue importante la edad temprana de la primera
relación sexual en un 65,6%. Ortiz R. y asociados (9)
refieren que el riesgo de lesión intraepitelial cuando el
primer coito se tiene a los 17 años o menos es 2,4 veces
mayor que cuando este se tiene a los 21 años. Al
respecto, García Minaya16 explica que el inicio temprano
de las relaciones implica la aparición de múltiples
compañeros sexuales, con el consiguiente riesgo dado
por éstos. Se ha demostrado también que en la
adolescencia los tejidos cervicouterinos son más
susceptibles a la acción de los carcinógenos, y, de hecho,
si existe un agente infeccioso relacionado, el tiempo de
exposición a este será mucho mayor (14,26). Nuestros
resultados no coinciden con estas investigaciones que
informan la asociación entre aparición de cáncer con un
inicio a edad temprana de las relaciones sexuales (5,12,
14, 21, 22, 27,29). Nuestro hallazgo revela que la
prevalencia de cáncer de cuello uterino en pacientes que
refieren haber iniciado su actividad sexual a los 14 o
menos años fue menor que en las pacientes que refieren
haber iniciado su actividad sexual más allá de los 14
años; las diferencias pueden deberse al punto de corte
escogido en las diversas investigaciones.
Respecto a la paridad, la presencia de cáncer de cuello
uterino en pacientes multíparas fue mayor que en las
mujeres no multíparas, a pesar de no ser
estadísticamente significativo, lo cual coincide con los
resultados de otros investigadores, quienes señalan a la
multiparidad como un factor de riesgo asociado a la
presencia de lesiones LPM y CCU
(11,13,14,18,22,26,27,28,29,30-32).
La utilización de la anticoncepción hormonal en sus
diversas formas, ha sido motivo de opiniones divididas y
controversiales, toda vez que algunos afirman que existe
relación entre la administración de anticoncepción
hormonal asociado a no a la presencia del virus del
papiloma humano (VPH) y la aparición de lesión pre
maligna y cáncer de cuello uterino. Diversas
investigaciones realizadas desde hace más de 15 años
sostienen que las hormonas esteroides pueden
funcionar como facilitadoras de la replicación y
persistencia del virus del papiloma humano, factor
determinante para el desarrollo de cáncer de cuello
uterino33. Sin embargo, considerar el uso de
anticonceptivos hormonales como factor de riesgo para
cáncer de cuello uterino es controversial. Los diversos
estudios realizados a nivel mundial presentan resultados
que difieren entre sí (11, 19, 21, 26, 27, 28, 33,34).
Anticoncepción hormonal, aspectos sociodemográficos y de la conducta como factores de
riesgo para cáncer de cuello uterino en un hospital en Ica, Perú.
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Rev méd panacea. 2018;7(2):41-49ARTÍCULO ORIGINAL