INTRODUCCIÓN
En el mundo contemporáneo, la carga de trastornos
mentales cada vez es mayor, y la depresión es la principal
causa de discapacidad a nivel mundial. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que más de 300
millones de personas viven con depresión, un
incremento significativo de más del 18% entre los años
2005 y 2015. Las personas con trastornos mentales
mayormente no cuentan con apoyo, que junto con el
miedo al estigma, impiden que muchos puedan acceder
al tratamiento requerido para vivir plenamente (1).
El estigma aún percibido en nuestras sociedades para el
inicio del tratamiento farmacológico convencional en
enfermedades psiquiátricas, conlleva a analizar el efecto
protector de diversas sustancias frente a la depresión,
dentro de ellas el consumo del aceite de Sacha Inchi que
es fuente rica en omega 3. Estos ácidos grasos
poliinsaturados tienen acción muy importante en la
estructura dinámica y la actividad funcional de las
membranas neuronales, en especial en la región
sináptica (2). Al aceite de Sacha Inchi no sólo se le
atribuyen efectos beneficiosos a nivel del sistema
nervioso central, sino también en el sistema
cardiovascular, entre otros (3,4).
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son ácidos grasos
poliinsaturados esenciales, no pueden ser sintetizados
por el cuerpo humano, por lo deben ser aportados por la
dieta (5). La diferencia entre el omega-3 y omega-6 está
en la localización del primer doble enlace. El primer
representante de los ácidos grasos omega-3 es el ácido
α-linolénico (ALA), que se transforma en ácido
eicosapentaenoico (EPA) y éste, a su vez, en ácido
docosahexaenoico (DHA). En cuanto a los omega-6, su
principal representante es el ácido linoleico (LA), siendo
uno de sus derivados más importantes, el ácido
araquidónico (AA). (2)
El omega-3 es esencial para la formación de las
membranas de tejidos como el cerebro, la retina y en las
membranas sinápticas están implicados en su estructura
dinámica, cambiando su permeabilidad y fluidez,
colaborando así en la función sináptica, por lo que un
bajo contenido en las membranas neuronales contribuye
a un descenso de la transmisión de impulsos nerviosos.
(2,5). Además, los efectos positivos de los omega-3 en la
depresión dependen de su contenido en el sistema
nervioso y de su participación en la neurogénesis y
neuroplasticidad, y su propiedad antiinflamatoria
contrarrestaría el proceso inflamatorio que ocurre en la
depresión.(2,7)
Existe evidencia de que pacientes deprimidos presentan
una disminución de ácidos grasos omega-3 y, un
aumento de los ácidos grasos omega-6 tanto en las
membranas celulares como libres en el plasma. Esta
asociación se ha investigado en las membranas
plasmáticas de los eritrocitos y se ha encontrado que los
pacientes con síntomas depresivos muestran una
disminución significativa del omega-3 y una relación
AA/EPA mayor, lo cual está asociado con la severidad de
la enfermedad. A mayor relación de AA/EPA se hallaron
niveles progresivamente elevados de factor de necrosis
tumoral e interleucina 6. (2,6).
Un estudio realizado en China en el año 2012, concluye
que el omega 3 DHA muestra propiedades
antidepresivas. Además, el DHA tiene múltiples efectos
sobre la depresión, incluidos los sistemas de
neurotransmisores de monoaminas, las membranas de
los glóbulos rojos y en eje hipotálamo-hipófisis-adrenal
disminuyendo significativamente los niveles de la
hormona adrenocorticotrópica. Todos ellos relacionados
con la patogénesis de la depresión (7)
La deficiencia de ácidos grasos omega-3 de cadena larga
(EPA y DHA) es un factor que contribuye a la aparición de
trastornos depresivos, en parte debido al aumento de la
respuesta proinflamatoria. Los omega 3 poseen acción
inhibitoria sobre las citoquinas como la interleucina β o
factor de necrosis tumoral α. Es decir, los omega 3
estarían implicados en la fisiopatología y etiología de la
depresión, lo que ofrecería un enfoque
terapéutico-preventivo potencial. (5)
Nuestra investigación tiene como objetivo principal
comprobar el efecto protector del aceite de Plukenetia
volubilis (Sacha Inchi) en la depresión inducida en un
modelo animal, evaluando las dosis efectivas del
compuesto.
MATERIALES Y MÉTODOS
En la presente investigación se realizó un estudio tipo
analítico. Para la obtención del aceite se usaron las
semillas de Sacha Inchi que fueron colocadas en el
cilindro de una prensa hidráulica donde se prensó a una
presión de 3000 psi. Se decantó los aceites obtenidos y
se filtró a través de papel filtro (Whatman N.°1) con la
ayuda de una bomba de vacío (Copelametic, USA), los
volúmenes filtrados fueron almacenados. La población
estuvo conformada por 48 ratones albinos machos cepas
Balb-C (peso 25 ± 10g) adquiridos del Bioterio del
Instituto Nacional de Salud. En la distribución de la
muestra, se dividieron aleatoriamente 24 ratones para
ser sometidos a prueba de nado forzado; los cuales
fueron tratados por vía oral durante 10 días previos de la
siguiente manera: Grupo N° 1(n=6) Agua destilada 5
ml/Kg c/12h, Grupo Nº 02 (n=6): Fluoxetina 10 mg/Kg
c/24horas, Grupo Nº 03 (n=6): Aceite de sacha inchi 1
g/kg c/12 horas, Grupo Nº 04 (n=6): Aceite de sacha
inchi 3g/kg c/12 horas. Luego de estos 10 días, fueron
sumergidos en una piscina cilíndrica durante 6 minutos y
se registró el tiempo de inmovilidad en segundos. La
misma distribución y las mismas sustancias fueron
administradas durante 10 días para los otros 24 ratones
sometidos a la prueba de sujeción de cola, que consistió
en suspenderlos por el tercio distal de la cola y registrar
el tiempo de inmovilidad en segundos. El
procesamiento, producción y análisis del aceite de
5
Rev méd panacea. 2018;7(1):4-8ARTÍCULO ORIGINAL
Efecto protector del aceite de plukenetia volubilis en la depresión inducida de ratones albinos