INTRODUCCIÓN
Si bien los procesos de evaluación docente
realizados en las universidades, han tenido
aspectos positivos, aun se advierten
problemas, como la falta de claridad en los
propósitos que orientan las acciones
evaluativas, desarticuladas en los criterios de
evaluación aplicados, además que es escasa
la información que dé cuenta de cuales han
sido los resultados obtenidos, sobre todo que
cambios se han podido apreciar en la vida
académica institucional (Rueda y Luna 2010)
(1).
Muñoz, Ríos y Abalde (2002) afirman que el
problema con la evaluación de la docencia
surge generalmente porque tiene
consecuencias escasas o nulas para la
mejora de la calidad, tanto en la enseñanza-
aprendizaje, como para el propio profesor, y
por qué en la mayoría de los casos se lleva a
cabo bajo un enfoque sancionador y
fiscalizador (2).
Otra problemática que surge en torno a la
evaluación de la docencia, es que hasta
ahora el medio más empleado para realizarla
han sido los cuestionarios de opinión de los
alumnos, tomándolos como la mejor fuente de
información; no obstante en términos
generales, se considera que pueden estar
cargadas de subjetividad, e influidas por
diversos factores, y sesgos. (Sánchez y
Domínguez 2008) (3).
Al docente universitario actual se le exige un
reciclaje continuo de sus conocimientos
científicos, la capacidad de generar y publicar
sus propios hallazgos, así como la capacidad
de adaptarse al medio tecnológico y social, y
ser además un docente portador de un amplio
abanico de herramientas pedagógicas que le
permitan transmitir todo ese conocimiento al
alumnado, teniendo en cuenta el rol del
estudiante activo en su propio aprendizaje (4).
El concepto de evaluación del desempeño
docente en el caso de la educación superior,
debe estar asociado a la toma de decisiones
y a la implementación de los cambios para
superar las debilidades detectadas. Por tanto,
bajo este supuesto no basta con determinar
los problemas y dificultades en la docencia,
sino que también es necesario asociar las
propuestas de acción para el mejoramiento, la
definición y seguimiento de los mecanismos
considerados para elevar los niveles de
aprendizaje de los estudiantes, en el marco
de las nuevas tendencias que en la actualidad
se están dando en la educación superior (5).
La evaluación del desempeño es el proceso
mediante el cual se estima el rendimiento
global de un docente, constituye una función
que, de una u otra forma, suele efectuarse en
toda universidad. Para Colina Z. (2008), es un
proceso sistemático de obtención de datos
válidos y fiables, mide el efecto formativo y
educativo del docente en los estudiantes (6).
La evaluación del desempeño requiere
también disponer de mediciones del
desempeño, que son los sistemas de
calificación de cada labor, la evaluación
puede darse a través de la observación del
desempeño que puede ser directa o indirecta.
La observación directa se da cuando quien
califica el desempeño lo ve en persona, la
observación indirecta ocurre cuando el
evaluador debe basarse en otros elementos.
También puede ser objetiva y subjetiva:
Objetiva es la que otras personas pueden
verificar; se basa en aspectos como por
ejemplo, el número de alumnos evaluados, el
número de evaluaciones aplicadas; es decir,
se puede expresar en forma matemática; las
mediciones subjetivas son las calificaciones
no verificables, que pueden considerarse
opiniones del evaluador, por ejemplo; la
simpatía (6).Señalándose como objetivo
evaluar el desempeño docente en los
estudiantes de enfermería sobre la
enseñanza en la práctica clínica de la
asignatura Enfermería en Salud del Adulto y
Anciano.
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio se llevó a cabo en la
Facultad de Enfermería de la Universidad
Nacional San Luis Gonzaga de Ica, cuyas
instalaciones se encuentran ubicadas en la
Ciudad Universitaria, Av. Los maestros S/N
de la ciudad de Ica, Perú. La población fue